En Villa Atuel, a 60km de San Rafael, Mendoza, conocimos a la Asociación Civil Arco Iris, un grupo de 12 mujeres que se dedican a solucionar problemas ajenos. Empezaron algunas informalmente hace 4 años, reunidas por Elina en sus clases de gimnasia y consiguieron, aportando de sus bolsillos, organizando bingos y rifas a beneficio; los materiales para hacerle una casa nueva de material con electricidad a doña Ñata Uribe, de 76 años, porque literalmente el techo se le caía encima, y además, al no tener electricidad, su hija diabética de 32 había perdido la vista por no poder refrigerar la insulina.
Y a partir de ahí no descansan; consiguieron la personería jurídica y fueron por más. A Maxi le consiguieron una silla de ruedas especial ($7900) y así su mamá agradecida, Silvina, terminó formando parte de este grupo de 12 que, con mates de por medio y sinceridad brutal, analizan los casos que se les presentan y diseñan las estrategias para conseguir lo que se proponen.
En un pueblo de 4000 habitantes (contando alrededores), no es fácil conseguir fondos, pero ellas se las ingenian. Tienen una comisión de 26 miembros que aportan $10 (U$S2) por mes y organizan Bingos y rifas en el Centro de Jubilados o en alguna escuela, y así, de a poquito y con mucho esfuerzo lograron también conseguir una pierna ortopédica, anteojos con aumento para chicos, y varios viajes para hacerse estudios importantes en Mendoza a otras tantas personas.
Entre mate y mate con Elina, Fanny, Mirna, Silvina y Mari, nos contaron lo que están preparando para el día de la Madre este domingo, unas 50 tortas con decoración de repostería para rifar hechas por ellas, servilleteros y demás premios para festejar. Algo parecido hicieron para el día del Niño, armando 1300 paquetes de juguetes donados para que ningún chico se quede sin regalo.
Es un grupo muy alegre, no paran de hablar, y se dicen todo de frente. Son 12 mujeres y eso no es fácil, en las reuniones se discute todo y se evalúan los casos, intentando ser justas para poder darle prioridad al caso más extremo. Un solo hombre se atreve a sumarse al grupo y es el contador, quien les supervisa las cuentas desde Mendoza. En su lugar, Maxi, quien nos acompaña en la foto, y a quien le consiguieron la silla de ruedas, protesta si no lo llevan a las reuniones porque se divierte mucho en estas mateadas.
Con muy poco, hacen mucho.
En estos tiempos es muy bueno saber que hay gente luchando por un mundo mejor;gracias por estas noticias que alegran el día chicos son el noticiero de esperanza un abrazo
gracias hector querido ! te mando un gran abrazo, y muchas gracias por la mano q nos estas dando por va la ñata.. abrazo
En Gualeguaychú hay un grupo Arco Iris que llevan a cabo un montón de tareas solidarias como por ejemplo una campaña de prevención para el cuidado odontológico, asesoramiento para una buena nutrición. Chicos, cuando algún día pasen por acá, se los voy a presentar.
Gracias Isabel! Por ahora no creemos que lleguemos a Gualeguaychu, pero siempre puede virar el rumbo!
gracias, un abrazo!