Alicia en el Comedor de las Maravillas

Antes de empezar...

Es fácil organizar una comida con niños cuando son 3, 4 o incluso 5, pero ¿si son 50? Alicia parece ser la madre o la tía de cada uno, porque sabe los nombres de cada uno y a todos trata con igual cariño. La “Inmaculada House of Mercy” (Casa de la Inmaculada Misericordia) en Orange Walk, Belice, es el hogar de cada uno de esos cincuenta niños cada mediodía gracias al esfuerzo y dedicación de Alicia; ella es organizada al extremo, nada escapa a sus planillas y nadie se sale con la suya comiendo sin haber rezado o sin lavarse las manos. Nos habla en español, pero a los niños en inglés; entre ellos se escucha una mezcla de idiomas que nos desconcierta: entienden ambos, en sus casas generalmente se habla español pero en el colegio sólo se habla inglés que es el idioma nacional por haber sido colonia inglesa hasta hace 32 años.

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Soñar en grande sin perder el piso (parte II)

Con Patricia

Cuando conocimos a Patricia era como estar hablando con alguna de nuestras madres, ella es dulce, cariñosa, y nos trata como a sus hijos sin conocernos. Sólo sabíamos de ella que también pertenecía a una de las familias más poderosas de Guatemala y que había perdido a su marido, un empresario exitoso, en un trágico accidente aéreo que fue lo que la llevó a empezar junto con sus 3 hijos una Fundación que está mejorando la Educación Pública del país a través de la tecnología.

Patricia recuerda con mucho dolor la pérdida de Sergio hace 11 años, y que junto con sus hijos querían hacer algo por Guatemala, algo que hiciera la diferencia. Pensaron en algo que lo representara a él, y lo resumieron en: enseñanza, niños, computadoras. El daba clases por la mañana ad honorem en la Universidad, amaba a los niños y era fanático de las computadoras, “Era medio genio,” dice Patricia con una sonrisa, “necesitábamos algo que lo reflejara y entonces encajó de maravilla: la idea era reciclar computadoras para las escuelas primarias públicas, nunca pensamos que iba a ser algo grande, porque era algo que hacíamos de corazón por Sergio, para ayudar a los niños de Guate, pero ¿cuánto podíamos hacer? No conocíamos el tema ni cuántas escuelas públicas había, no nos metimos a hacer un estudio de mercado, sólo nos embarcamos en el proyecto, ¡y nos fue dando un aprendizaje impresionante!” Sigue leyendo

Soñar en grande sin perder el piso (parte I)

Con María, José y Thelma

Esta vez los caminos nos llevaron por senderos que no habíamos transitado en este último año, dando un giro a nuestro punto de vista, cambiando de ojos y zapatos frente a una misma realidad. Esta vez no estábamos en las afueras de Guatemala capital, sino más bien en los mejores barrios, con guardaespaldas, autos espectaculares y obras de arte. Una vez más, Alguien nos lleva de la mano mientras tercamente nos resistimos pensando que estamos en la dirección equivocada. Una vez más, somos nosotros los equivocados. Nos costaba creer que alguien de este ambiente pudiera ver más allá de su realidad y ponerse al servicio de los demás de corazón, en un país tan polarizado en cuestiones sociales como Guatemala donde estos extremos difícilmente se tocan. Sigue leyendo