Recalculando…

Empujando kombi camino a canoa

Qué difícil escribir de nuevo, desde acá, de vuelta en nuestros pagos. Faltaba algo y no sabría como llamarlo: Cierre? Conclusión? Punto final? O más bien: otro punto de partida. Otro de los tantos que tendremos en nuestras vidas. Esos puntos que sin duda nos sacuden, reacomodándonos y enfocándonos nuevamente al Norte, a nuestro propio Norte. Estamos más que felices por la experiencia vivida, pero qué complejo es querer transmitir en un encuentro con amigos o familia cuánto cambio vivimos en nuestros corazones. No hay palabras que alcancen ni resumen posible de estos 20 meses que cambiaron nuestras vidas, nuestra forma de ver y mirar. Parece mentira que esta aventura que nos marcó tan profundamente a veces dudamos si fue un lindo sueño. Ahora ya es un sueño cumplido, que principalmente nos agrandó el corazón -no sé si nos hizo más buenos como esperábamos- pero al menos conocimos muchas grandes personas que siempre recordaremos y que hicieron que nos replanteemos drásticamente nuestros parámetros de generosidad y entrega mientras reacomodamos la brújula al Norte. Sigue leyendo

Alicia en el Comedor de las Maravillas

Antes de empezar...

Es fácil organizar una comida con niños cuando son 3, 4 o incluso 5, pero ¿si son 50? Alicia parece ser la madre o la tía de cada uno, porque sabe los nombres de cada uno y a todos trata con igual cariño. La “Inmaculada House of Mercy” (Casa de la Inmaculada Misericordia) en Orange Walk, Belice, es el hogar de cada uno de esos cincuenta niños cada mediodía gracias al esfuerzo y dedicación de Alicia; ella es organizada al extremo, nada escapa a sus planillas y nadie se sale con la suya comiendo sin haber rezado o sin lavarse las manos. Nos habla en español, pero a los niños en inglés; entre ellos se escucha una mezcla de idiomas que nos desconcierta: entienden ambos, en sus casas generalmente se habla español pero en el colegio sólo se habla inglés que es el idioma nacional por haber sido colonia inglesa hasta hace 32 años.

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Añatuya / Ayuda (parte 2)

Son muchos los voluntarios importados, y entre ellos hay variedad de orígenes: la Hermana Vicentina Rosita (Paraguay), Hnas. Dominicas de la Anunciata Ma. Teresa (España), Hna. Marisol (Chile), y varias joyitas españolas, entre quienes conocimos a Crescencia, Inmaculada y Pilar.

Las Hermanas son un motor silencioso y a la vez impulsor de la Comunidad, las únicas 2 Hermanas Vicentinas que quedan, coordinan el Hogar de Ancianos, la Residencia de chicas Medalla Milagrosa y la Escuela Especial Santa Margarita. Son sólo 2, de las cuales una tiene casi 90 años, y la otra, la Hna. Rosita es como una rueda sinfín que no descansa un minuto entre tantas actividades. El Carisma o lema de la congregación es ser ‘sencillas, humildes y caritativas’, y lo cumple a la perfección, y eso es sólo el principio. Para ella es lo más común del mundo vivir al servicio de los demás, desde los 9 años jugaba con su hermano a que eran ‘el cura y la monjita’. Tan humilde que nos costó que nos contara cosas de sí misma, pero sí mucho de las chicas, que son su debilidad, con quienes comparte todos los días un Rosario y duerme con ellas en la misma residencia. Sigue leyendo

Añatuya / Ayuda (parte 1)

Casi como un espejo, o capicúa:   “AÑ-ATUYA / AYUDA” : Linda casualidad… ¡Qué difícil resumir Añatuya, si todavía lo seguimos procesando! Impresionante lo que pasa ahí, en ese lugar polvoriento y caluroso por demás para los visitantes. Y no es un misterio, es puro coraje, voluntad y mucha ayuda de Arriba lo que moviliza a este ejército de héroes anónimos. Ellos realmente hacen lo que decía la gran Madre Teresa de “Amar hasta que duela”. Porque de verdad duele, hay realidades que duelen, y ellos dejan su propia realidad para sumergirse en la del otro y mejorarla.

Llegamos al Padre Cristian en Añatuya pensando en que nos cuente de alguna persona que ayude, y en un suspiro teníamos 9 (Nueve!) personas para conocer, un récord total para nosotros, que incrédulos pensábamos: “No puede ser que toda esta gente trabaje por Amor, seguramente después de conocerlos veremos que trabajan como cualquiera, rentados y con horarios.”  Uno a uno fueron no sólo probándonos lo contrario, sino también mostrándonos el Amor puesto en acción. Se ve que todavía nos cuesta cambiar mucho nuestra mirada. Sigue leyendo

La hormiga Reina


En las afueras de Chilecito, en el barrio-pueblo de San Miguel de 1100 habitantes, todos conocen a Reina porque es algo así como la madre de la comunidad. Ella conoce y se preocupa por todos, y con trabajo de hormiga logra todo lo que se propone. Desde que recuerda siempre lo hizo y lo seguirá haciendo; y con setenta y pocos años es una locomotora que vive al servicio de los demás. Conoce a todos, a todos pide ayuda, y gracias a eso, de a poquito y a pulmón, logró hacer realidad el Comedor, el Cementerio, la Capilla de San Miguel, la Biblioteca y tantas otras cosas.

Lo sorprendente fue que entramos al Comedor esperando encontrar a Reina y en su lugar vimos a 3 hombres cocinando y sirviendo la comida. Con un español bastante aceitado, Lorenz, de 18 años, nos explicó lo que hacían, mientras Bergde nos invitaba a comer unos ricos fideos con salsa y el irlandés Sean Paul intentaba entenderse con los chicos, pasaba algo como: “Piden sal, les dan más…”, le pedían sal y Sean Paul les servía tranquilamente más fideos pensando que era eso lo que pedían, ante las caras de asombro. A veces se olvidan que no entiende español, aunque se esfuerza y se divierte solucionando cualquier conflicto con una sonrisa. Sigue leyendo

Rulos de Esperanza

En Tupungato, cuna de los vinos del Valle de Uco, a los pies de la cordillera, viéndola por la ventana, se junta el grupo Esperanza para transformar dolor en Amor. Empezaron espontáneamente a encontrarse en la Parroquia del Socorro unidos por un mismo dolor: la pérdida de un familiar muy cercano. Al principio hablaban, se abrazaban y lloraban mucho, hasta que eso no les alcanzó, y necesitaban poder levantar la vista y convertir esa angustia en algo productivo. Así comenzaron a hacer muñecos de tela para poder cambiarlos por pañales y ropa para el Hospital. Los Padres Horacio y Raúl les dieron un gran empujón y así renació el grupo, con un espíritu y motor renovado. Sigue leyendo

«Nuestros Amigos»

Nuestros amigos = Quienes elegimos para compartir distintos momentos, nos acompañan y nos ayudan a que las alegrías sean dobles y las tristezas mitades.

En San Martín de los Andes, el Padre Fernando sin dudarlo nos llevó a un grupo alegre de voluntarios que llaman así a los hombres que encuentran en la calle abandonados, olvidados y generalmente alcoholizados. Sigue leyendo

Don Carlos y Don Raúl

Los primeros sorprendidos fuimos nosotros. Sin buscarlo demasiado, un amigo casi hermano nos pasó el contacto de Carlos, quien nos inició y nos terminó de convencer de la decisión del vehículo para el viaje. Sin querer, estaba empezando a participar en esta aventura. Fuimos a conocerlo con mil preguntas prácticas; el nos abrió las puertas de su casa, compartió su experiencia, nos ayudó a organizarnos y lo más importante: nos dio de comer las milanesas más ricas del mundo hechas por Ana, su mujer. Sigue leyendo