Alicia en el Comedor de las Maravillas

Antes de empezar...

Es fácil organizar una comida con niños cuando son 3, 4 o incluso 5, pero ¿si son 50? Alicia parece ser la madre o la tía de cada uno, porque sabe los nombres de cada uno y a todos trata con igual cariño. La “Inmaculada House of Mercy” (Casa de la Inmaculada Misericordia) en Orange Walk, Belice, es el hogar de cada uno de esos cincuenta niños cada mediodía gracias al esfuerzo y dedicación de Alicia; ella es organizada al extremo, nada escapa a sus planillas y nadie se sale con la suya comiendo sin haber rezado o sin lavarse las manos. Nos habla en español, pero a los niños en inglés; entre ellos se escucha una mezcla de idiomas que nos desconcierta: entienden ambos, en sus casas generalmente se habla español pero en el colegio sólo se habla inglés que es el idioma nacional por haber sido colonia inglesa hasta hace 32 años.

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La hormiga Reina


En las afueras de Chilecito, en el barrio-pueblo de San Miguel de 1100 habitantes, todos conocen a Reina porque es algo así como la madre de la comunidad. Ella conoce y se preocupa por todos, y con trabajo de hormiga logra todo lo que se propone. Desde que recuerda siempre lo hizo y lo seguirá haciendo; y con setenta y pocos años es una locomotora que vive al servicio de los demás. Conoce a todos, a todos pide ayuda, y gracias a eso, de a poquito y a pulmón, logró hacer realidad el Comedor, el Cementerio, la Capilla de San Miguel, la Biblioteca y tantas otras cosas.

Lo sorprendente fue que entramos al Comedor esperando encontrar a Reina y en su lugar vimos a 3 hombres cocinando y sirviendo la comida. Con un español bastante aceitado, Lorenz, de 18 años, nos explicó lo que hacían, mientras Bergde nos invitaba a comer unos ricos fideos con salsa y el irlandés Sean Paul intentaba entenderse con los chicos, pasaba algo como: “Piden sal, les dan más…”, le pedían sal y Sean Paul les servía tranquilamente más fideos pensando que era eso lo que pedían, ante las caras de asombro. A veces se olvidan que no entiende español, aunque se esfuerza y se divierte solucionando cualquier conflicto con una sonrisa. Sigue leyendo

Con un motor del ’30

El calor aprieta lindo en San Juan. También el hambre y la desnutrición. En Angaco, a 30km de San Juan Capital, conocimos el Comedor Niño Jesús, coordinado por don Augusto Olmos, su mujer Cristina, y Mariela. Su inicio se remonta a 11 años atrás, cuando salieron a misionar con el grupo de la parroquia y se enfrentaron con la realidad cruda de este pueblo de 2500 habitantes. Había muchos chicos desnutridos, y quisieron hacer “algo”. Charlando con el Párroco de entonces, se preguntaron: “Cómo hacemos para darles de comer?” y él simplemente les dijo: “Así de fácil, dándoles de comer!” Y en resumidas cuentas, transformaron ese “algo”, en acción concreta. Comenzaron en una esquina bajo la sombra de un sauce, armando un fogón y cocinando grandes ollas de comida. Con sol rajante, lluvia, viento zonda y  fríos helados, se las arreglaban para darles de comer cada vez a más chicos, con un récord de 320! Sigue leyendo