Pastoreando a cielo abierto

Si hay una persona en todo Baton Rouge, Louisiana, USA, que sabe perfectamente lo que se siente al estar en las calles de noche, con frio y hambre, ese es el Pastor Joseph Moore. El mismo experimentó lo que se siente vivir en la calle cuando se jubiló del Cuerpo de Bomberos, se divorció y no tenía casa: “Ahí fue cuando realmente empezó todo para mí, no se lo recomendaría a nadie, pero así fue como recibí mi llamado particular.” El Pastor Moore ahora lidera “Open Air Ministries” (Ministerios a cielo abierto), ayudando a los necesitados, especialmente los que viven en situación de calle, proveyéndoles alimentos y ropa, literalmente a cielo abierto, en un estacionamiento descubierto. Su trabajo voluntario requiere una gran coordinación y organización, combinada con predicación, amor y entrega. Sigue leyendo

De Pandillero a Guerrero de Cristo

Guerreros de Cristo, Antonio, Teresa y Marco Antonio

Qué envidia. Realmente envidio la FE que tiene Antonio. ¿Sanamente? No lo sé; es que se mueve con tal pacífica seguridad ante el futuro, sin inquietarse por los problemas −que de seguro le sobran− porque es el responsable de 15 hombres a quienes acoge en el Centro de Rehabilitación que maneja en Campeche, México. Tiene bajo la manga el arma más eficiente para sanar estos corazones debilitados por drogas, alcohol, marginación, pobreza, o enfermedades mentales; y no duda en usarla. Su ‘arma’ es: ‘amar’; empezando por ‘dejarse amar’
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Altruistas sin medida

visitando el barrio Cosme Espesote con Guadalupe y Lillia

Zacatecoluca suena a “sacate la peluca” para nosotros, pero para los salvadoreños es algo más fácil que para nosotros: Zacate = pasto, y tecoluca = búho. No sabemos exactamente por qué entramos a la ciudad de Zacatecoluca, pero sí sabemos por qué nos quedamos. La vista de su imponente Catedral con su correspondiente plaza prolijamente dispuesta −a diferencia de los mercados desordenados y comercios apretujados que veníamos viendo en otras ciudades de El Salvador− nos sorprendió y cautivó. Preguntando, llegamos al Padre Francisco; un gran motor motivador de actividades sociales de la ciudad, quien nos sumó rápidamente a su hiperactiva agenda presentándonos a los voluntarios referentes de los proyectos que maneja en esta comunidad tan golpeada y sensibilizada por la pobreza, la guerra civil y las actuales maras o pandillas. Pero él no lucha solo en esta ciudad, Guadalupe, desde su escritorio, (cuando la encontramos en él), es otra ‘altruista’ como ellos le llaman, que también hace honor a la Real Academia Española, quien sostiene que es alguien que tiene ‘diligencia en procurar el bien ajeno aun a costa del propio’.

Guadalupe tiene 51 años y desde muy pequeña siempre tuvo una marcada necesidad de ayudar a los demás, sacando comida de su plato para darle a quien no tuviera aunque se quedara con hambre, ante la mirada sorprendida de su madre. Ella hace carne la frase de la santa de Calcuta, “Dar hasta que duela”; no se cansa de dar, dar, y dar lo poco que tiene. A decir verdad, parece que le pasa seguido eso de quedarse sin dinero para su propia comida; da sin medida y se entrega sin medida. Sigue leyendo

Sorteando obstáculos

con Maritza y Franklin

Cualquiera diría que se llevan el mundo por delante porque nada ni nadie pudo frenarlos en su misión de ayudar a los demás. Ni siquiera demorarlos. A Maritza y Franklin la muerte les golpeó duro llevándose repentinamente a su hijo de 16 años en el año 95, y tres meses después terminó llevándose también a su hijita de 2 años luego de un devastador cáncer. Uno pensaría que su vida estaba terminada, que el dolor los sobrepasaría; pero fue todo ésto lo que en realidad les dio un empujón hacia un nuevo rumbo. Casi como corriendo una carrera de obstáculos, sorteando éstos y los nuevos que aparecen, ellos siguen camino firmemente, luego de un cáncer pasajero y una degeneración macular en Franklin que ya le hizo perder la vista completamente; se toman las cosas con humor y las pelean con amor. Disfrutan de los 3 hijos que les quedan, aprovechan el tiempo juntos y se entregan ayudando a los enfermos de escasos recursos de su comunidad.  Sigue leyendo

Con las manos bien abiertas

foto articulo Manos Abiertas1Nuestra heroína no tiene capa, pero lo único que le falta es volar. Es casi imposible conseguirla para una foto; es delgada y chiquitita, y aunque su ropa aerodinámica podría tomar vuelo en alguna tormenta, ella prefiere quedarse acá abajo, bien cerquita del barro y de los que más sufren. Marlen parece chiquitita a nuestros ojos, pero es un motor con un tropel de caballos de fuerza, que con su frescura y humildad dedica cada minuto a cuidar de los discapacitados en estado de abandono: a los más pobres de entre los pobres, aquellos que no pueden ni siquiera pedir ayuda. Sigue leyendo

«Tengo Sed»

...

Creí que entendía lo que era vivir al servicio de los demás, pero cada nuevo día me demuestra que lo contrario. Creo que cada profesión tiene lo suyo, y uno siempre puede ayudar a los demás esté donde esté, pero sin duda, hay algunos trabajos que son casi exclusivamente de servicio al otro, por amor, mucho más allá de la remuneración. Conocía pocas personas cercanas como mi amiga del alma Carola, una maestra jardinera que para mí es ejemplo de vocación: no se cansa de cambiar pañales de niños que no son hijos ni sobrinos suyos con una sonrisa a cada momento, buscando sacar lo mejor de esos pequeños terremotos, olvidándose por completo de sí misma y ayudando a que se desarrollen felices y únicos. Deja de lado sus preocupaciones, cansancio o impaciencia para ser su luz. ‘Afortunadamente’, los caminos de mi vida me mantuvieron lejos del mundo de la enfermería, con pocas experiencias propias, hasta que mi prima Agustina se convirtió en enfermera; así de a poco me fui convenciendo de que su servicialidad y preocupación por el que tiene al lado hacía tiempo que había sobrepasado los límites de la familia; ella quería ayudar a todos, especialmente en los momentos de mayor debilidad.

En este camino que estamos trazando Compartiendo América, fuimos ampliando nuestros horizontes, conocimos a Cristina de Grávida en Añatuya* y a Susan en Mindo** que también son enfermeras, con una vocación de servicio constante, siempre dispuestas a ayudar al otro, no importa cuán sucio esté o cuán feo huela. Todas ellas son una parte de ese ejército silencioso que se mueve humildemente cambiando el mundo de a poquito con Amor. La Mujer Maravilla existe, no es una sino miles. No llevan ese traje apretado y brillante con corona, muñequeras y botas, sino que intentan pasar desapercibidas, camuflándose entre la gente. Esta vez las descubrimos envueltas en una tela blanca con un borde azul, y una cruz. Sencillas, parecen las hermanitas menores de la Madre Teresa: las Misioneras de la Caridad. Sigue leyendo

Un loco “lindo” suelto en Perú

Visitas con Padre David

Perú nos venía esquivando, o más bien, nos estaba costando ‘un perú’ encontrar lo que buscábamos. Dicen que después de una ardua búsqueda llega la recompensa, así que a eso apuntábamos. Y de a poco, con causalidades de por medio, llegamos al Padre David, un loco lindo, que también es sacerdote, con 51 años de vida y más de 15 en Perú. Hace casi un año que recorre los campos y caseríos al borde del lago Titicaca, alrededor de un pueblito llamado Chucuito, a 3800mts de altura. Pero esa es sólo su base de operaciones, ya que cruza campo traviesa varios kilómetros por día, bajo lluvia, frío, calor, viento o nieve. Inútiles resultan las recomendaciones de los locales, quienes no dejan su sombrero y su abrigo ni a sol ni a sombra; él tiene un solo objetivo en su mente y es llegar a los más enfermos para asistirlos en sus últimos días. Sigue leyendo

Añatuya / Ayuda (parte 2)

Son muchos los voluntarios importados, y entre ellos hay variedad de orígenes: la Hermana Vicentina Rosita (Paraguay), Hnas. Dominicas de la Anunciata Ma. Teresa (España), Hna. Marisol (Chile), y varias joyitas españolas, entre quienes conocimos a Crescencia, Inmaculada y Pilar.

Las Hermanas son un motor silencioso y a la vez impulsor de la Comunidad, las únicas 2 Hermanas Vicentinas que quedan, coordinan el Hogar de Ancianos, la Residencia de chicas Medalla Milagrosa y la Escuela Especial Santa Margarita. Son sólo 2, de las cuales una tiene casi 90 años, y la otra, la Hna. Rosita es como una rueda sinfín que no descansa un minuto entre tantas actividades. El Carisma o lema de la congregación es ser ‘sencillas, humildes y caritativas’, y lo cumple a la perfección, y eso es sólo el principio. Para ella es lo más común del mundo vivir al servicio de los demás, desde los 9 años jugaba con su hermano a que eran ‘el cura y la monjita’. Tan humilde que nos costó que nos contara cosas de sí misma, pero sí mucho de las chicas, que son su debilidad, con quienes comparte todos los días un Rosario y duerme con ellas en la misma residencia. Sigue leyendo

Añatuya / Ayuda (parte 1)

Casi como un espejo, o capicúa:   “AÑ-ATUYA / AYUDA” : Linda casualidad… ¡Qué difícil resumir Añatuya, si todavía lo seguimos procesando! Impresionante lo que pasa ahí, en ese lugar polvoriento y caluroso por demás para los visitantes. Y no es un misterio, es puro coraje, voluntad y mucha ayuda de Arriba lo que moviliza a este ejército de héroes anónimos. Ellos realmente hacen lo que decía la gran Madre Teresa de “Amar hasta que duela”. Porque de verdad duele, hay realidades que duelen, y ellos dejan su propia realidad para sumergirse en la del otro y mejorarla.

Llegamos al Padre Cristian en Añatuya pensando en que nos cuente de alguna persona que ayude, y en un suspiro teníamos 9 (Nueve!) personas para conocer, un récord total para nosotros, que incrédulos pensábamos: “No puede ser que toda esta gente trabaje por Amor, seguramente después de conocerlos veremos que trabajan como cualquiera, rentados y con horarios.”  Uno a uno fueron no sólo probándonos lo contrario, sino también mostrándonos el Amor puesto en acción. Se ve que todavía nos cuesta cambiar mucho nuestra mirada. Sigue leyendo

La hormiga Reina


En las afueras de Chilecito, en el barrio-pueblo de San Miguel de 1100 habitantes, todos conocen a Reina porque es algo así como la madre de la comunidad. Ella conoce y se preocupa por todos, y con trabajo de hormiga logra todo lo que se propone. Desde que recuerda siempre lo hizo y lo seguirá haciendo; y con setenta y pocos años es una locomotora que vive al servicio de los demás. Conoce a todos, a todos pide ayuda, y gracias a eso, de a poquito y a pulmón, logró hacer realidad el Comedor, el Cementerio, la Capilla de San Miguel, la Biblioteca y tantas otras cosas.

Lo sorprendente fue que entramos al Comedor esperando encontrar a Reina y en su lugar vimos a 3 hombres cocinando y sirviendo la comida. Con un español bastante aceitado, Lorenz, de 18 años, nos explicó lo que hacían, mientras Bergde nos invitaba a comer unos ricos fideos con salsa y el irlandés Sean Paul intentaba entenderse con los chicos, pasaba algo como: “Piden sal, les dan más…”, le pedían sal y Sean Paul les servía tranquilamente más fideos pensando que era eso lo que pedían, ante las caras de asombro. A veces se olvidan que no entiende español, aunque se esfuerza y se divierte solucionando cualquier conflicto con una sonrisa. Sigue leyendo