Recalculando…

Empujando kombi camino a canoa

Qué difícil escribir de nuevo, desde acá, de vuelta en nuestros pagos. Faltaba algo y no sabría como llamarlo: Cierre? Conclusión? Punto final? O más bien: otro punto de partida. Otro de los tantos que tendremos en nuestras vidas. Esos puntos que sin duda nos sacuden, reacomodándonos y enfocándonos nuevamente al Norte, a nuestro propio Norte. Estamos más que felices por la experiencia vivida, pero qué complejo es querer transmitir en un encuentro con amigos o familia cuánto cambio vivimos en nuestros corazones. No hay palabras que alcancen ni resumen posible de estos 20 meses que cambiaron nuestras vidas, nuestra forma de ver y mirar. Parece mentira que esta aventura que nos marcó tan profundamente a veces dudamos si fue un lindo sueño. Ahora ya es un sueño cumplido, que principalmente nos agrandó el corazón -no sé si nos hizo más buenos como esperábamos- pero al menos conocimos muchas grandes personas que siempre recordaremos y que hicieron que nos replanteemos drásticamente nuestros parámetros de generosidad y entrega mientras reacomodamos la brújula al Norte. Sigue leyendo

Pastoreando a cielo abierto

Si hay una persona en todo Baton Rouge, Louisiana, USA, que sabe perfectamente lo que se siente al estar en las calles de noche, con frio y hambre, ese es el Pastor Joseph Moore. El mismo experimentó lo que se siente vivir en la calle cuando se jubiló del Cuerpo de Bomberos, se divorció y no tenía casa: “Ahí fue cuando realmente empezó todo para mí, no se lo recomendaría a nadie, pero así fue como recibí mi llamado particular.” El Pastor Moore ahora lidera “Open Air Ministries” (Ministerios a cielo abierto), ayudando a los necesitados, especialmente los que viven en situación de calle, proveyéndoles alimentos y ropa, literalmente a cielo abierto, en un estacionamiento descubierto. Su trabajo voluntario requiere una gran coordinación y organización, combinada con predicación, amor y entrega. Sigue leyendo

Amor a la mexicana

con Lorena, lso chicos, y Greñas de espaldas!

Entrar a esta casa es como abrir de golpe una bolsita de m&m’s, y dejar que esos 32 confites salten alborotados hacia todos lados. Tras haber cruzado el umbral de la puerta, los niños parecen saltar y rebotar en las paredes sólo para tomar más impulso y venir a abrazarnos, contarnos alguna historia o adivinar de donde es nuestro acento tan raro. Lorena aparece para poner un poco de orden, mientras les pregunta a los más pequeños si traen puestos sus calcetines; “Suena chistoso, ¿no? ¡Pero es lo que siempre se les olvida!”, mientras sonreímos viendo que uno de ellos los saca de sus bolsillos y se los pone donde corresponde.

Si bien escuchamos mucho acerca de Silvia, la creadora de esta Fundación, hoy nos toca conocer su obra a través de su hija Lorena. Silvia sufre problemas respiratorios que la mantienen un poco aislada especialmente en estos días de frío, pero Lorena con apenas 28 años, nos cuenta su lado de la historia sin dejar de recalcar que “El sillón de mi madre me queda muy grande”; ella es quien ahora lleva adelante la Casa Hogar Regalo de Dios en San Luis Potosí, al norte de México, junto con su hermana. Sigue leyendo

De Pandillero a Guerrero de Cristo

Guerreros de Cristo, Antonio, Teresa y Marco Antonio

Qué envidia. Realmente envidio la FE que tiene Antonio. ¿Sanamente? No lo sé; es que se mueve con tal pacífica seguridad ante el futuro, sin inquietarse por los problemas −que de seguro le sobran− porque es el responsable de 15 hombres a quienes acoge en el Centro de Rehabilitación que maneja en Campeche, México. Tiene bajo la manga el arma más eficiente para sanar estos corazones debilitados por drogas, alcohol, marginación, pobreza, o enfermedades mentales; y no duda en usarla. Su ‘arma’ es: ‘amar’; empezando por ‘dejarse amar’
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Alicia en el Comedor de las Maravillas

Antes de empezar...

Es fácil organizar una comida con niños cuando son 3, 4 o incluso 5, pero ¿si son 50? Alicia parece ser la madre o la tía de cada uno, porque sabe los nombres de cada uno y a todos trata con igual cariño. La “Inmaculada House of Mercy” (Casa de la Inmaculada Misericordia) en Orange Walk, Belice, es el hogar de cada uno de esos cincuenta niños cada mediodía gracias al esfuerzo y dedicación de Alicia; ella es organizada al extremo, nada escapa a sus planillas y nadie se sale con la suya comiendo sin haber rezado o sin lavarse las manos. Nos habla en español, pero a los niños en inglés; entre ellos se escucha una mezcla de idiomas que nos desconcierta: entienden ambos, en sus casas generalmente se habla español pero en el colegio sólo se habla inglés que es el idioma nacional por haber sido colonia inglesa hasta hace 32 años.

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Soñar en grande sin perder el piso (parte II)

Con Patricia

Cuando conocimos a Patricia era como estar hablando con alguna de nuestras madres, ella es dulce, cariñosa, y nos trata como a sus hijos sin conocernos. Sólo sabíamos de ella que también pertenecía a una de las familias más poderosas de Guatemala y que había perdido a su marido, un empresario exitoso, en un trágico accidente aéreo que fue lo que la llevó a empezar junto con sus 3 hijos una Fundación que está mejorando la Educación Pública del país a través de la tecnología.

Patricia recuerda con mucho dolor la pérdida de Sergio hace 11 años, y que junto con sus hijos querían hacer algo por Guatemala, algo que hiciera la diferencia. Pensaron en algo que lo representara a él, y lo resumieron en: enseñanza, niños, computadoras. El daba clases por la mañana ad honorem en la Universidad, amaba a los niños y era fanático de las computadoras, “Era medio genio,” dice Patricia con una sonrisa, “necesitábamos algo que lo reflejara y entonces encajó de maravilla: la idea era reciclar computadoras para las escuelas primarias públicas, nunca pensamos que iba a ser algo grande, porque era algo que hacíamos de corazón por Sergio, para ayudar a los niños de Guate, pero ¿cuánto podíamos hacer? No conocíamos el tema ni cuántas escuelas públicas había, no nos metimos a hacer un estudio de mercado, sólo nos embarcamos en el proyecto, ¡y nos fue dando un aprendizaje impresionante!” Sigue leyendo

Soñar en grande sin perder el piso (parte I)

Con María, José y Thelma

Esta vez los caminos nos llevaron por senderos que no habíamos transitado en este último año, dando un giro a nuestro punto de vista, cambiando de ojos y zapatos frente a una misma realidad. Esta vez no estábamos en las afueras de Guatemala capital, sino más bien en los mejores barrios, con guardaespaldas, autos espectaculares y obras de arte. Una vez más, Alguien nos lleva de la mano mientras tercamente nos resistimos pensando que estamos en la dirección equivocada. Una vez más, somos nosotros los equivocados. Nos costaba creer que alguien de este ambiente pudiera ver más allá de su realidad y ponerse al servicio de los demás de corazón, en un país tan polarizado en cuestiones sociales como Guatemala donde estos extremos difícilmente se tocan. Sigue leyendo

Altruistas sin medida

visitando el barrio Cosme Espesote con Guadalupe y Lillia

Zacatecoluca suena a “sacate la peluca” para nosotros, pero para los salvadoreños es algo más fácil que para nosotros: Zacate = pasto, y tecoluca = búho. No sabemos exactamente por qué entramos a la ciudad de Zacatecoluca, pero sí sabemos por qué nos quedamos. La vista de su imponente Catedral con su correspondiente plaza prolijamente dispuesta −a diferencia de los mercados desordenados y comercios apretujados que veníamos viendo en otras ciudades de El Salvador− nos sorprendió y cautivó. Preguntando, llegamos al Padre Francisco; un gran motor motivador de actividades sociales de la ciudad, quien nos sumó rápidamente a su hiperactiva agenda presentándonos a los voluntarios referentes de los proyectos que maneja en esta comunidad tan golpeada y sensibilizada por la pobreza, la guerra civil y las actuales maras o pandillas. Pero él no lucha solo en esta ciudad, Guadalupe, desde su escritorio, (cuando la encontramos en él), es otra ‘altruista’ como ellos le llaman, que también hace honor a la Real Academia Española, quien sostiene que es alguien que tiene ‘diligencia en procurar el bien ajeno aun a costa del propio’.

Guadalupe tiene 51 años y desde muy pequeña siempre tuvo una marcada necesidad de ayudar a los demás, sacando comida de su plato para darle a quien no tuviera aunque se quedara con hambre, ante la mirada sorprendida de su madre. Ella hace carne la frase de la santa de Calcuta, “Dar hasta que duela”; no se cansa de dar, dar, y dar lo poco que tiene. A decir verdad, parece que le pasa seguido eso de quedarse sin dinero para su propia comida; da sin medida y se entrega sin medida. Sigue leyendo

Hamacando Sonrisas

GRACIAS Tio Antonio

¡Qué fácil es pedir un café! En Buenos Aires hacemos el típico gesto del índice y pulgar juntos al mozo o camarero y según cuan separados estén esos dedos, sabrá si es un cafecito o un café grande. Aquí en el “Café de las Sonrisasen Granada, Nicaragua  también pedimos un café así, aunque si lo quisiéramos con leche, haríamos el gesto de ordeñar una vaca. Sería divertido probar esa mímica en la cafetería de la esquina, ¿no? En este oasis, nuestras palabras no cuentan y nos sentimos felizmente inútiles ante el deseo de un simple café con leche. Claro que podríamos señalarlo en el menú, pero aprender a decirlo con señas es toda una aventura. Rodolfo, Irma y Douglas, los encargados de atender las mesas, se divierten porque ya superaron la etapa del terror inicial; ahora nos entienden con tan sólo una mirada y esperan con paciencia a que terminemos torpemente el ‘Gracias’ que repetimos sin cesar. Seguramente lucimos desesperados al no saber cómo comunicarnos. Sigue leyendo

Sorteando obstáculos

con Maritza y Franklin

Cualquiera diría que se llevan el mundo por delante porque nada ni nadie pudo frenarlos en su misión de ayudar a los demás. Ni siquiera demorarlos. A Maritza y Franklin la muerte les golpeó duro llevándose repentinamente a su hijo de 16 años en el año 95, y tres meses después terminó llevándose también a su hijita de 2 años luego de un devastador cáncer. Uno pensaría que su vida estaba terminada, que el dolor los sobrepasaría; pero fue todo ésto lo que en realidad les dio un empujón hacia un nuevo rumbo. Casi como corriendo una carrera de obstáculos, sorteando éstos y los nuevos que aparecen, ellos siguen camino firmemente, luego de un cáncer pasajero y una degeneración macular en Franklin que ya le hizo perder la vista completamente; se toman las cosas con humor y las pelean con amor. Disfrutan de los 3 hijos que les quedan, aprovechan el tiempo juntos y se entregan ayudando a los enfermos de escasos recursos de su comunidad.  Sigue leyendo

Con las manos bien abiertas

foto articulo Manos Abiertas1Nuestra heroína no tiene capa, pero lo único que le falta es volar. Es casi imposible conseguirla para una foto; es delgada y chiquitita, y aunque su ropa aerodinámica podría tomar vuelo en alguna tormenta, ella prefiere quedarse acá abajo, bien cerquita del barro y de los que más sufren. Marlen parece chiquitita a nuestros ojos, pero es un motor con un tropel de caballos de fuerza, que con su frescura y humildad dedica cada minuto a cuidar de los discapacitados en estado de abandono: a los más pobres de entre los pobres, aquellos que no pueden ni siquiera pedir ayuda. Sigue leyendo